Pasta de guayaba
Cuando era niña teniamos una mata de guayaba en el patio. Era la variedad común en el país: roja, de poca masa pero muy dulce. Lamentablemente no es una variedad que se presta a la comercialización; ese tipo de guayaba se debe recoger madura, y se estropea fácil y rápidamente.
Hace ya décadas que no las veo. Pero nuestro guayabo no era el único árbol frutal que teníamos, mi mamá, frugal y práctica como tantas mamás dominicanas, completaba las necesidades con las cosas que crecían en nuestro patio. Esto no era extraño en la época en que la gran mayoría de los dominicanos, inclusive en la capital, vivía en casas.
En nuestro patio y en muchos otros patios dominicanos, crecían plátanos, auyamas, lechozas (papaya), guayabas, legumbres, limoncillos, naranjas ágrias, limones (limas) e hierbas para la cocina. Las cosas han cambiado mucho desde entonces.
Un gran porcentaje de los dominicanos se ha mudado a los grandes centros urbanos, la congestión ha hecho que el espacio sea escaso y cada vez más personas vive en apartamentos. La tradición de sembrar frutas y vegetales en casa se ha perdido casi del todo en la ciudad.
Casi toda mi vida adulta he vivido en apartamentos. Durante muchos de los años que viví en Santo Domingo el vivir en un apartamento no me impidió sembrar comestibles en casa. De hecho hay todo un movimiento para incentivar a los urbanitas a sembrar comestibles en casa y apartamentos, no solo para complementar la dieta de la casa con vegetales frescos, sinó porque podemos controlar a exactitud los qúmicos que contienen nuestros alimentos. En mi caso nuestra hortaliza era totalmente orgánica.
Sembradas en tarros en nuestra terraza del último piso crecían tomates cereza, berenjenas, tayotas, ajíes e hierbas diversas. Nada sabe mejor que comer lo que sembraste y cuidaste con tus propias manos, fresco y recién cortado. A mi hija, que apenas caminaba por aquel entonces, le nació el amor por los vegetales arrancando tomatitos maduros a escondidillas y comiéndoselos mientras yo pretendía que no la veia.
Debido a muchos cambios y mudanzas en los últimos 3 años, no hemos vuelto a sembrar nuestra hortaliza de jardín de techo. Se me ha hecho dificil encontrar semillas donde vivo. Pero les aseguro que tan pronto las pueda conseguir estaré sembrando mis propias hierbas en casa otra vez.
Para preparar esta receta prefiero la variedad verde de guayabas que se encuentra comunmente hoy, aunque la variedad de guayabas pequeñas y dulces que menciono más arriba también funciona a la perfección.
Esta receta es para cuatro porciones pequeñas, ya que este dulce es muy dulce (valga la redundancia), y francamente es suficiente con unos cubitos. Dobla o triplica la receta si quieres preparar porciones más grandes.
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