En una cacerola, colocar las tres cucharadas de aceite, agregar los ajos pelados y molidos y hacer que se doren, a través de movimientos con la cuchara.

¡Ojo! Cocinar es un arte, el arte lo desarrollamos nosotros con la ayuda de las herramientas, es decir, la cocina y sus utensilios; debemos usar nuestras manos para elaborar un buen aderezo; debemos ir moviendo con mucho cariño hasta que se logre el color dorado.

Una vez logrado el objetivo, podrás agregar el agua hervida de acuerdo al volumen indicado en los ingredientes, de inmediato agregar el arroz lavado (no remojado para evitar que se abran).

Inmediatamente antes de echarlo a la cacerola, agregar la sal y tapar.

Dejar cocinar a fuego lento, quizás sea este el secreto de un buen arroz, fuego lento e iguales volúmenes de agua y arroz.

Deberás ir verificando hasta que observes que el arroz está graneado y como nos gusta.

Añadir en ese momento unas gotitas de limón y si observas que hubiera algunos lados que aún no se han cocinado, rocíalos con aceite por la superficie en círculos y tapa.

Siempre a fuego lento.

Gracias y buen provecho.

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